martes, mayo 24, 2011

La cripta


Cursando el primer curso de instituto, en el libro de castellano venía un fragmento de una novela. El fragmento me llamó la atención porque trataba de un grupo de locos jugando un estrafalario partido de fútbol. Tanto me llamó la atención que me acabé comprando el libro al que pertenecía. El libro resultó ser El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza.
Lo primero que captó mi atención cuando tuve la obra entre mis manos era la cubierta, donde había la foto de José Sacristán bajando por unas escaleras mal iluminadas. "¿Qué puñetas hace Sacristán en este libro?", me debí preguntar.

La vida siguió su curso, y un año o dos después (mediados de los 90), cuando daban los partidos de copa de Europa jugados por el Barça por TV3, en TVE-1 lo retransmitía para el resto del estado, pero en Catalunya desconectaban y solían poner una película en catalán. Y en una de estas ¡tachán! me encuentro una película ya empezada con José Sacristán (doblado al catalán por Jordi Boixaderas) que comienzo a seguir con cierto interés y acabo descubriendo que es la versión cinematográfica del libro de Mendoza y de la que sacaron el fotograma para ilustrar la cubierta.
No mucho después fui al videoclub (sí, cuando todavía existían y cumplían una labor social) y en la sección más mugrienta del local, la que estaba al lado del porno y donde habían casposidades varias de folclóricas del año de Matusalén y la cintas protagonizadas por Marisol y distribuidas por CB Films encontré La cripta, título en su versión cinematográfica.

La cripta, José Sacristán, Eduardo Mendoza
La historia de La cripta transcurre en la Barcelona de la transición, donde un interno de un psiquiátrico, antiguo ratero de poca monta y soplón de la policía, es requerido por el comisario Flores ya que días atrás desapareció una niña de un colegio interno de monjas. La idea del comisario es dejar al interno, del que nunca se dice su nombre, libre unos días para que por su cuenta realice las pesquisas pertinentes, ya que al conocer los más bajos fondos de la ciudad tiene más posibilidades de descubrir el entuerto.

La cripta, José Sacristán, Eduardo Mendoza
El hombre sin nombre de El misterio de la cripta embrujada, o lo que es lo mismo, su protagonista, volvió a protagonizar dos libros más, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras. Pero lamentablemente para la audiencia estas dos nuevas obras no tuvieron adaptación cinematográfica.

El film, rodado íntegramente en Barcelona (Sant Gervasi, el Born, el Raval...) en 6 semanas, está dirigido por Cayetano Del Real, siendo este su primer y único film. Aunque durante el rodaje de La cripta tuvo tan buena sintonía con Mendoza que comenzaron a trabajar en un proyecto llamado Caín y Abel S.A. al que cambiaron el título por Simplemente Jack, del cual el argumento era del propio Del Real.

La cripta, José Sacristán, Eduardo Mendoza
La cripta es puramente cine negro, pero totalmente desnudo de los elementos alto standing. Tenemos un misterio a descubrir, pero aquí no hay un detective privado con gabardina y sombrero de ala ancha, si no a un ladronzuelo de tres al cuarto que ha ido a parar con sus huesos a un centro psiquiátrico y en lugar de recorrer las calles húmedas y llenas de niebla de alguna glamurosa ciudad americana, transita por el lumpen barcelonés entre putas y hostales llenos de cucarachas. Todo ello aderezado con unas gotas de picaresca, ese elemento tan castizo, la voz en off del protagonista y con una estética entre lo zetosa y lo pobre, que le ayuda a recrear esa estética tan realista que había a finales de los 70 y principios de los 80 en este país, con el cine quinqui por bandera.

Porque si alguien disfruta de La cripta somos los que hemos conocido la ciudad condal en la época. Impagables son esas estampas de una rambla llenas de sillas de madera para reposar las nalgas previo pago, el interior del metro con sus básculas o las callejuelas del barrio chino, por decir tres al uso.

La cripta, José Sacristán, Eduardo Mendoza
La película tuvo al propio Mendoza, que juraría que hace un cameo en el film (véase el vídeo de abajo), detrás del guión junto a Cayetano Del Real y Francisco Siurana. En el apartado actoral tenemos nombres tan variopintos como José Sacristán (amo y señor de la función), Rafaela Aparicio, Assumpta Serna, Víctor Israel y un montón de caras conocidas de la escena catalana: Alfred Luchetti, Mario Gas, Carles Velat, Jaume Sorribas (el senyor encargat del Filiprim) y Llátzer Escarceller, que aparece acreditado pero yo no lo he localizado en el film.

Aunque si algo hay que criticarle al film es su sonido en directo, donde hay momentos que no roza lo inaudible de puro milagro.
Otro detalle del sonido. Algunos actores están doblados, cosa que se nota mucho cuando hay una conversación entre estos y alguno que no lo está, ya que el cambio de calidad del directo al estudio es más que evidente.
Esto del doblaje en algunos actores es comprensible, ya que Blanca Guerra o Tito Junco son mejicanos (seguramente por imposición, ya que el film tenía capital mejicano) y se usaría el doblaje para esconder el acento. En cambio, en otros casos como el de Jaume Sorribas es raro que se le doblara, ya que era de aquí.


Resumiendo, una delicia para cualquiera, con grandes interpretaciones y con una notoria falta de presupuesto que le da un toque más que inmejorable. Una gran adaptación que no acaba de seguir a pies juntillas la novela, sobre todo en su parte final (muestra clara que no tenían dinero para rodarlo tal cual) y con algunos cambios significativos (el plano final es de los mejores hallazgos del film), aún y así se respeta algún que otro detalle poco importante a la trama y que es más bien un guiño al lector o que hay líneas de dialogo que son sacadas directamente del libro.
Por una vez los lectores no se sentirán defraudados por una obra literaria digna de cabecera.

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